Introducción

La bastilla de San Antonio fue una fortaleza que protegía el costado oriental de la ciudad de París. Durante varios siglos cumplió un papel fundamental en la defensa de la ciudad. pero con el paso de el tiempo perdió su importancia estratégica y se convirtió en prision estatal. estaba ubicada en el lugar que actualmente ocupa la plaza de la bastilla (place de la bastille)

jueves, 23 de septiembre de 2010

HISTORIA

Destinada a defender la puerta de San Antonio, fue edificada durante el reinado de Carlos V, de 1370 a 1383 por Hugo Aubriot con cuatro torres, siguiendo el modelo de la época; las otras torres fueron añadidas posteriormente. Medía 66 m de largo por 34 m de ancho y 24 m de altura al nivel de las torres, y estaba rodeada por fosos de 8 m de profundidad. Las ocho torres se llamaban Torre de Coin, de la Capilla, del Tesoro, de la Condesa, de la Bertraudiére, de la Basinière, del Pozo y de la Libertad (en francés Tours de Coin, de la Chapelle, du Trésor, de la Comté, de la Bertaudière, de la Basinière, du Puits y de la Liberté).
Su utilización militar resultó pronto insuficiente y se construyó un nuevo recinto. Se empleó entonces como fortín y lugar de recepción para Francisco I, antes de ser transformada en prisión del Estado por el Cardenal Richelieu.
La historia de la fortaleza de la Bastilla va unida a la de las Lettres de cachet, que eran cartas firmadas por el rey (o por sus ministros) que ordenaba ingresar en prisión sin juicio. Se trataba de una prisión confortable para las altas personalidades (aristócratas y burgueses), que disponían de verdaderos departamentos con servicio y suculentas comidas. Sin embargo, existía una parte más convencional no tan agradable para los prisioneros comunes, y el edificio contaba también con celdas de castigo (pero no mazmorras) que servían de condena a los prisioneros insubordinados, como el famoso Latude.
Además se trataba de un pozo financiero. Louis XVI, que ya había clausarado la Torre de Vincennes, la quería destruir desde 1784. El pueblo no parece haber temido realmente al edificio, pero el Cahiers des doléances de la ciudad pedía su destrucción. Como toda fortaleza imponente, marcaba el paisaje y una demostración del poderío del rey (como la Torre del Temple).

ANTECEDENTES

Durante el reinado de Luis XVI, Francia tuvo que confrontar una grave crisis financiera originada por los altos gastos de la intervención en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, el despilfarro de la Corte real, y exacerbada por un desigual sistema tributario que sólo gravaba al pueblo llano y a la burguesía (Tercer Estado). Aconsejado por su ministro de finanzas Necker, el rey decidió convocar los Estados Generales el 5 de mayo de 1789 para buscar una salida a la crisis, aceptando aumentar la representación del Tercer Estado hasta entonces infra representado. Por ese último motivo, los debates previstos fueron bloqueados por la nobleza (Segundo Estado) y el alto clero (Primer Estado). El 17 de junio de 1789, los representantes del Tercer Estado y de una parte del bajo clero se desgajaron de aquellos Estados Generales y se constituyeron como Asamblea Nacional. El rey inicialmente se opuso a esta idea, pero fue forzado a reconocer la autoridad de la Asamblea, que el 9 de julio se autoproclamó Asamblea Nacional Constituyente, una institución cuyo propósito era crear una constitución para el país.

Dibujo de 1789 sobre la toma de la Bastilla.
Los acontecimientos acaecidos en los días siguientes condujeron a la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789, y la Revolución francesa comenzó a expandirse. La rendición de este bastión real fue sin duda más un importante hito simbólico de los inicios de la Revolución que un factor detonante en sí. Con anterioridad, la autoridad real ya se había visto mermada por la revuelta de la nobleza (un hecho recurrente desde la Fronda en el siglo XVII) que se negaba a financiar los planes de Luis XVI mediante el pago de impuestos. Pero el mayor detonante fue la formación de la Asamblea Nacional, el Juramento del Juego de Pelota y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que abrían la vía hacia el fin del absolutismo y de los privilegios de la nobleza. La rebelión parlamentaria unida a la del pueblo de París ya había tenido antecedentes dos años antes en la ciudad de Rennes, sede del Parlamento de Bretaña. En 1789, el movimiento se extendió en seguida a las capitales de la provincias francesas.
Para defender la Asamblea Nacional de un posible ataque de las tropas reales, y para asegurar el orden en la capital, las autoridades municipales parisinas decidieron crear una milicia popular de 48.000 hombres, la llamada Guardia Nacional, cuya insignia era roja y azul, los colores de la ciudad de París. Estos dos colores, a los que se unió el blanco, se convirtieron en el emblema de la Revolución.
París, cada vez más cercano a la insurrección, y en palabras de François Mignet "exaltado por la libertad y el entusiasmo",9 10 mostró un amplio apoyo a la Asamblea. La prensa publicaba diariamente los debates de la Asamblea y las discusiones políticas sobrepasaron el ámbito parlamentario para salir a las calles y plazas de la ciudad. El Palais Royal y sus inmediaciones se convirtieron en lugar de reunión. La muchedumbre, enfervorecida por el asalto al Palacio Real[cita requerida], tomó la prisión de la Abadía para reclutar granaderos para la Guardia Nacional. La Asamblea recomendó al rey el indulto de la guardia de la prisión como responsables de dicha toma. Los mandos y tropas de los regimientos, antes considerados dignos de toda confianza, fueron inclinándose cada vez más por la causa popular.

DETENIDOS CELEBRES

  • Bastille, interior. dibujo de 1785 de Jean Honoré Fragonard. Visitas a los prisioneros.
  • Hugues Aubriot, su fundador
  • François de Bassompierre
  • Biron
  • La Bourdonnais
  • Brissot
  • Bussy-Rabutin
  • Anne du Bourg
  • Antoine de Chabannes
  • Gatien de Courtilz de Sandras
  • Nicolas Fouquet
  • Latude
  • Simon-Nicolas-Henri Linguet
  • El hombre de la máscara de hierro
  • Bernard Palissy
  • Paul Pellisson
  • El Marqués de Sade
  • Voltaire

Luis XVI


La ineptitud de Luis XVI impidió afrontar los primeros acontecimientos de la Revolución francesa debido a medidas inidóneas y a destiempo.

TOMA DE LA BASTILLA

La Bastilla representó el símbolo del inicio de la Revolución francesa. La importancia de la toma de la Bastilla ha sido magnificada por los historiadores románticos, como Jules Michelet, que han querido hacer de ella un símbolo fundador de la República. De hecho, los artículos de la época (basados en las cartas de un participante en los acontecimientos)la toma del fuerte se llevó a cabo con pocos altercados y en medio de un ambiente casi infantil. Miles de personas querían invadir el fuerte para obtener armas, éste no estaba defendido más que por un puñado de hombres y la única muerte señalada, de la que la historia hace mención, es la del gobernador Bernard Jordan de Launay.


Toma de la Bastilla, cuadro de Jean-Pierre Louis Laurent Houel (1735-1813) En el centro se aprecia el arresto del marqués de Launay.
La Bastilla fue tomada el 14 de julio de 1789 por los revolucionarios que iban en busca de la pólvora. El pueblo de París mostraba su inquietud creyendo que las tropas extranjeras estacionadas alrededor de París no serían utilizadas para reprimir la revolución. Se había constituido una milicia de 48.000 hombres sin armas. Los electores no habían podido obtener, el 13 de julio, las armas de Les Invalides. El 14 de julio una ingente muchedumbre (de 40.000 a 50.000 personas) se presentó delante de Les Invalides para apoderarse de las armas. Para defender Les Invalides existen unos cañones al servicio de sus ocupantes, pero éstos no estaban dispuestos a abrir fuego sobre los parisinos. Unos metros más allá, regimientos de infantería y de artillería acampaban sobre la explanada del Campo de Marte, bajo las órdenes de Pierre Victor de Besenval. Éste reunió a todos los jefes de cada regimiento para saber si sus soldados cargarían contra los amotinados; unánimemente respondieron que no. Es el acontecimiento más importante del día. La muchedumbre, que ninguna orden puede contener, escala los fosos de Les Invalides, derriba las cancelas y se apodera de unos 30.000 a 40.000 fusiles, de doce cañones y un mortero. Los parisinos están ya armados, sólo les falta la pólvora y las balas. Corre el rumor de que se encuentran en el castillo de la Bastilla

El detonante: la destitución de Necker


El 11 de julio, con tropas en Versalles, Sèvres, el Campo de Marte y Saint-Denis, Luis XVI, actuando por consejo de los nobles que formaban su camarilla personal, cesó a su ministro de finanzas Jacques Necker, el cual tenía cierta comprensión hacia el Tercer Estado, además de haber intentado sanear las cuentas del reino. El mariscal conde de Broglie, el marqués de La Galissonière, el duque de la Vauguyon, el barón Louis de Breteuil y el intendente Foullon tomaron posesión del gabinete sustituyendo al conde de Puységur, al conde de Montmorin Saint-Hérem, al cardenal La Luzerne, al conde de Saint-Priest y a Necker.
Las noticias de la destitución de Necker llegaron a París en la tarde del domingo 12 de julio. Los parisinos supusieron, en general, que la destitución marcaba el inicio de un golpe de Estado por parte de los elementos más conservadores de la Corte. Los liberales temieron que la concentración de tropas reales llevadas a Versalles, provenientes de las guarniciones fronterizas, intentarían clausurar la Asamblea Nacional Constituyente (que se reunía en Versalles). Las masas se arremolinaron por todo París, llegando a juntarse 10.000 personas en torno al Palais Royal. Camille Desmoulins, conocido francmasón de la logia de las Nueve Hermanas, según Mignet,9 concentró a una gran muchedumbre, subido a una mesa y con una pistola en la mano, al grito de:
¡Ciudadanos, no hay tiempo que perder; el cese de Necker es la señal de la Noche de San Bartolomé para los patriotas! ¡Esta noche, batallones de suizos y alemanes tomarán el Campo de Marte para masacrarnos; sólo queda una solución: tomar las armas!9
Los regimientos suizos y alemanes a los que se refería eran tropas mercenarias extranjeras que constituían una parte significativa del ejército real prerrevolucionario. Fueron tomados como hostiles por su condición extranjera para eludir la existencia de tropas de soldados regulares franceses. Aproximadamente la mitad de los 25.000 soldados regulares concentrados en París y Versalles a comienzos de julio de 1789 pertenecían a estos regimientos extranjeros.
En efecto, a primera hora de la noche del 12 de julio, el barón de Besenval, a la cabeza de las tropas instaladas en París, dio la orden de intervenir a los regimientos suizos acantonados en el Campo de Marte .

CRONOLOGIA DEL 14 DE JULIO

Cronología del 14 de julio [editar]
10:30, bajo la presión de la muchedumbre, los electores de París reunidos en la Cámara municipal, envían una delegación al gobernador de la Bastilla, Bernard-René Jordan de Launay, para pedirle que distribuya la pólvora y las balas a los parisinos que deben formar una milicia burguesa. La delegación es recibida amablemente invitada, incluso, a desayunar, pero no consigue convencer al gobernador.
11:30, una segunda delegación conducida por el caballero Jacques Alexis Thuriot y Luis Ethis de Corny, es enviada a la Bastilla. Sin resultado. La muchedumbre armada con los fusiles obtenidos en Les Invalides se agolpa frente a la Bastilla.
13:30, los defensores de la Bastilla (82 invalides y 32 soldados suizos destacados del regimiento de Salis-Samade), abren fuego contra los revolucionarios por orden del gobernador.
14:00, una tercera delegación encabezada por el abad Claude Fauchet es enviada a la Bastilla.
15:00, una cuarta delegación (con Luis Ethis de Corny otra vez) acude a encontrarse con Bernard-René Jordan de Launay, sin resultado alguno. La guarnición de la Bastilla y los amotinados se enfrentan entre sí.
15:30, un destacamento de 61 guardias franceses dirigido por Pierre Hulin, antiguo sargento de la guardia suiza, llega a la Bastilla con cinco cañones sustraídos esa misma mañana de Les Invalides. Se emplazan frente a las puertas y puentes levadizos de la Bastilla, disparan contra ellas y la Bastilla capitula.
17:00, la muchedumbre invade la Bastilla, libera a los siete prisioneros comunes que estaban encarcelados, se apodera de la pólvora y de las balas y lleva a la Cámara municipal la guarnición de la Bastilla. Durante el trayecto, el gobernador es asesinado cortándole la cabeza. Muchos invalides son asesinados. Los asaltantes tuvieron un centenar de muertos y 73 heridos.

Demolición de la Bastilla

La Bastilla se empezó a demoler a partir del 16 de julio por un empresario privado que vendió gran parte de sus piedras como recuerdo (piedras esculpidas representando la Bastilla en miniatura). Incluso se transformó en objetos de piedad y de culto todo lo que se pudo recuperar de carpintería y hierros forjados de la vieja fortaleza. La mayor parte se hizo servir para construir el puente de la Concordia.

ASEDIO A LA BASTILLA

Los atacantes buscaban principalmente apoderarse de la gran cantidad de armas y munición almacenadas allí ya que el día 14 había 13.600 kg (30.000 lb) de pólvora. La guarnición regular consistía en 82 inválidos (soldados veteranos no apropiados para el servicio de combate). A pesar de ello, la Bastilla había sido reforzada el 7 de julio con 32 granaderos del regimiento suizo "Salis-Samade" provenientes del campamento del Campo de Marte. Los muros estaban protegidos por 18 cañones de 8 libras cada uno y 12 de menor tamaño. El alcaide era Bernard-René, marqués de Launay, hijo del anterior alcaide, que había nacido en la misma fortaleza.
La lista oficial de 1832 de "vainqueurs de la Bastille" (vencedores de la Bastilla) tuvo poco más de 600 nombres y el total de asaltantes sería probablemente de algo menos del millar.16 La multitud se reunió en el exterior hacia media mañana pidiendo la rendición de la prisión, la retirada de los cañones y la entrega de las armas y la pólvora.
A las 10:30, dos representantes de los amotinados fueron recibidos con amabilidad en la fortaleza pero salieron al poco rato sin resultados.
A las 11:30, una segunda delegación compuesta por Jacques Alexis Hamard Thuriot y Louis Ethis de Corny intenta de nuevo negociar la entrega de las armas y municiones al pueblo de París para proveer a la Guardia Nacional recién creada. El esfuerzo negociador se fue alargando mientras los ánimos de la masa armada llegada de Los Inválidos iban impacientándose.


Toma de la Bastilla, pintado en 1793 por Charles Thévenin, Museo Carnavalet.
Alrededor de las 13:30, la muchedumbre entró en el patio externo y las cadenas sobre el puente levadizo al patio interior fueron cortadas, aplastando a un asaltante desafortunado.17 18 René-Bernard Jordan de Launay ordenó entonces disparar sobre la muchedumbre, haciendo numerosas víctimas.
A las 14:00 una tercera delegación, en la que toma parte el abbate Claude Fauchet, se reunió con el alcaide de la Bastilla sin más éxito.
Hacia las 15:00 una cuarta delegación llegó a la Bastilla encabezada de nuevo por Louis Ethis de Corny pero no obtuvo nada. En este momento comenzó el fuego cruzado, aunque nunca podrá dilucidarse qué bando comenzó primero. Los asaltantes comprobaron que la fortaleza era una ratonera y la lucha se hizo más violenta e intensa, mientras las tentativas por parte de las autoridades para dictar un alto el fuego no fueron tenidas en cuenta.
A las 15:30, los atacantes se vieron reforzados por 61 "gardes françaises" amotinados y otros desertores de las tropas regulares, bajo el mando de Pierre-Augustin Hulin, antiguo sargento en la Guardia Suiza.19 Portaban las armas tomadas anteriormente en Los Inválidos y entre dos y cinco cañones. Estos fueron colocados en batería contra las puertas y el puente levadizo de la fortaleza.

PALACIO DE LA BASTILLA

Columna de Julio.
Desde el 16 de junio de 1792 se decidió que el lugar que ocupaba la Bastilla formaría una plaza llamada de la Libertad y que una columna se levantaría en ese lugar. Palloy puso la primera piedra, pero la construcción no se llevó a cabo. Se instaló una fuente en 1793.
Napoleón, en sus proyectos de remodelización de París, propuso, en 1808 construir un monumento en forma de elefante. Debería medir 24 m. de alto y se utilizaría el bronce fundido de los cañones sustraídos a los españoles. Se podría acceder a su interior por una escalera situada en una de sus patas. Pero sólo se realizó una maqueta, a tamaño natural, en escayola. En la obra de Victor Hugo, Los miserables, se hace mención de la misma ya que la utilizó como refugio de Gavroche. Esta maqueta fue destruida en 1846.
Se decidirá, en 1833, construir la Columna de Julio, que estaba prevista elevar en 1792, pero se inauguró en 1840.

CAPITULACION

Ante la masacre (cerca de 100 víctimas entre los atacantes), el alcaide de Launay ordenó cesar el fuego a las 17:00. Una carta con los términos de la rendición fue pegada por un hueco en las puertas interiores e inmediatamente rescatada por los asaltantes. La guarnición de la Bastilla rindió las armas, bajo promesa de los amotinados de que ninguna ejecución se efectuaría si se producía la capitulación. Las demandas exigidas fueron rechazadas, pero de Launay rindió la plaza porque comprendió que sus tropas no podían resistir mucho más tiempo en esa situación y abrieron las puertas del patio interior y los parisinos tomaron la fortaleza hacia las 17:30. Liberaron a los siete prisioneros encarcelados allí y se apoderaron de la pólvora y la munición.
La guarnición de la Bastilla fue apresada y llevada al Ayuntamiento de París. En el camino, Bernard-René de Launay fue apuñalado,20 su cabeza aserrada y clavada en una pica para ser exhibida por las calles. Tres oficiales de la guarnición permanente de la fortaleza también fueron asesinados por la muchedumbre durante el trayecto. Éstos y dos guardias suizos fueron los únicos militares fallecidos ya que el resto de guarnición fue protegida por la Guardia Francesa para que más tarde o más temprano se liberaran y pudieran volver a sus regimientos. En el Ayuntamiento, la muchedumbre acusó a Jacques de Flesselles de traición; se improvisó un juicio aparente en el Palais Royal y fue también ejecutado.
El teniente Louis de Flue escribió un informe detallado sobre la defensa de la Bastilla que fue incorporado al diario del regimiento "Salis-Samade" y aún se conserva.21 Fue crítico con el malogrado marqués de Launay, quien de Flue acusó ejercer el mando con debilidad e indecisión. La causa de la caída de la Bastilla pudiera buscarse en la actitud de los comandantes de la fuerza principal de las tropas reales acampadas en el Campo de Marte, que no intervinieron ni en el saqueo de Los Inválidos ni en la toma de la Bastilla.
Además de los presos, la fortaleza albergaba los archivos del Lieutenant général de police de París que fueron sometidos a un pillaje sistemático. Fue sólo al cabo de dos días que las autoridades tomaron medidas con el fin de conservar los restos de este archivo. El mismo Beaumarchais, cuya casa estaba situada justo enfrente de la fortaleza, no vaciló en apoderarse de documentos. Denunciado, tuvo que restituirlos posteriormente.
A las seis de la tarde, ignorando la caída de la Bastilla, Luis XVI dio orden a las tropas de evacuar la capital. Esta orden llegó al Ayuntamiento a las dos de la madrugada del día siguiente.

CONSECUENCIAS

A las 8 de la mañana del 15 de julio de 1789, en el Palacio de Versalles, en el momento de su despertar, el duque de Rochefoucauld-Liancourt informó a Luis XVI de la toma de la Bastilla.

- "Pero ¿es una rebelión?" preguntó Luis XVI. - "No, señor, no es una rebelión, es una revolución." respondió el duque.

Mientras, la ciudadanía de París, esperando un contraataque, atrincheró las calles, levantó barricadas construidas con adoquines y se armó, lo mejor que pudieron, sobre todo con picas improvisadas. En Versalles, la Asamblea permaneció ignorante a la mayoría de los acontecimientos parisinos, pero sumamente consciente, el mariscal de Broglie estuvo a punto de provocar un golpe de estado promonárquico para forzar a la Asamblea a adoptar la solicitud de disolución de Luis XVI del 23 de junio.23 El vizconde de Noailles fue el primero en informar a Versalles fehacientemente de los hechos que se producían en París. C. Ganilh y Bancal-des-Issarts, enviados al Ayuntamiento de la capital, confirmaron este informe.
Esa mañana del 15 de julio, el rey tuvo claro el resultado de la toma y él y sus comandantes militares hicieron retroceder a sus tropas. Las tropas reales que se habían concentrado en los alrededores de París fueron de nuevo dispersadas a sus guarniciones fronterizas. El marqués de La Fayette asumió el mando de la Guardia Nacional en París; Jean-Sylvain Bailly, líder del Tercer Estado e instigador del Juramento del Juego de Pelota, fue elegido alcalde de la ciudad por los electores reunidos en el Hotel de la Villa y una nueva estructura de gobierno municipal fue instaurada, antecesora del actual Ayuntamiento de París. El rey anunció que acordaría la reposición de Necker y su propia vuelta de Versalles a París. El 27 de julio, en París, Luis XVI aceptó una escarapela tricolor de manos de Bailly y entró en el Ayuntamiento de la capital, bajo los gritos de "Larga vida al rey" en lugar del revolucionario "Larga vida a la nación".
Sin embargo, después de esta violencia, la nobleza, poco confiada en la aparente y, como se demostró con posterioridad, temporal reconciliación entre el rey y el pueblo, comenzó a exiliarse. Los primeros émigrés incluyeron al conde de Artois (futuro Carlos X de Francia) y a sus dos hijos, el príncipe de Condé y el príncipe de Conti, la familia Polignac y algo más tarde Charles Alexandre de Calonne, el antiguo ministro de finanzas. Éstos se instalaron en Turín, desde donde Calonne, como agente al servicio del conde de Artois y del príncipe de Condé, comenzó a trazar un intento de guerra civil dentro del país y conspiró para formar una coalición europea contra la Francia revolucionaria.
Necker regresó a París triunfante desde Basilea (triunfo que luego se demostró efímero). A su llegada, descubre que la muchedumbre había asesinado cruelmente a Foullon y a su sobrino Berthier y que el barón de Besenval (nombrado comandante de París por Broglie) había sido hecho preso. Deseando evitar un nuevo derramamiento de sangre, Necker abrió la mano, exigiendo y obteniendo una amnistía general votada por la asamblea de los electores de París. Con la solicitud de la amnistía más que confíar en un juicio justo, subestimó el peso de las fuerzas políticas. Pero la asamblea fundada "ad hoc", casi inmediatamente revocó la amnistía para salvar su propio existencia, y quizás las propias cabezas de sus miembros, e instituyó un tribunal de primera instancia en Châtelet. Mignet sostiene que es este el momento en que Necker pierde su influencia sobre la Revolución.

La insurrección parisina se extendió por toda Francia. El pueblo se organizó en municipios para conseguir un propósito de autogobierno y crearon cuerpos de guardias nacionales para su propia defensa, de acuerdo al principio de soberanía popular y con una total indiferencia hacia las reclamaciones por parte del rey. En las áreas rurales, muchos fueron más allá de esto: frente a la resistencia de la nobleza que se negaba a perder su poder local, algunas fincas y un significativo número de castillos fueron quemados.

Al año siguiente, la Fiesta de la Federación, concebida como fiesta de la reconciliación nacional, se celebró en presencia del rey en la misma fecha. En 1880, el Senado francés aprobó la fecha del 14 de julio como día de la fiesta nacional, en conmemoración de la fiesta del 14 de julio 1790 por ser ese un día en el que no se derramó sangre y que selló la unidad de todos los ciudadanos franceses

El marqués de La Fayette



fue nombrado comandante de la Guardia Nacional de París tras las revueltas de julio de 1789